Chiquitanía

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El Paisaje Chiquitano.


La Chiquitania es una vasta región ubicada exclusivamente en el departamento de Santa Cruz. Es, por sus características, las más extensa del país, pues cubre una quinta parte de la superficie nacional (alrededor de 200.000 km2.) y sólo está habitada por unas 150.000 personas, lo que refleja su baja densidad demográfica y el significado que esto tiene en el buen estado natural de la región.

El principal ecosistema es una cobertura de bosques semihúmedos más conocida como bosque chiquitano. En semejante superficie, es de esperarse que éste no sea uniforme: presenta una riquísima diversidad formando mosaicos con sábanas abiertas y arboladas, con campos del Cerrado, y con las pampas y humedales del Pantanal. Su extensión, de este a oeste, abarca desde el Pantanal y la frontera con Brasil hasta el río Grande, aunque su influencia se hace sentir hasta el piedemonte andino. En el otro sentido, sus límites son más indefinidos; el bosque chiquitano es, en realidad, un área de transición influenciada notablemente por especies -tanto en flora como en fauna- de la selva húmeda amazónica al norte y del seco monte chaqueño al sur.

Las condiciones climáticas son estables y benignas: una temperatura promedio de 24 °C, a pesar de los frentes fríos del sur en el invierno; una precipitación anual entre 900 y 1.400 mm.; y una marcada estación seca de 5 meses, entre mayo y septiembre.

El extremo oeste lo ocupa la amplia llanura de origen aluvial cruzada de sur a norte por el río Grande y donde los terrenos, de suelos profundos y productivos, son llanos y uniformes, y no sobrepasan los 300 m. de altura. Esta zona ha sufrido grandes desmontes para dar lugar a la agricultura intensiva.

La mayor parte de la Chiquitania se asienta sobre suelos pobres de origen precámbrico, donde dominan los lomeríos y colinas con afloramientos rocosos llamados "cerros pelados" por carecer de vegetación y que se destacan sobre la masa boscosa de árboles altos. Hacia el sudeste se levantan las serranías chiquitanas, de increíbles panoramas y con alturas que alcanzan los 1.300 m. en la serranía de Sunsás, uno de los rincones más desconocidos y vírgenes del planeta. Estas serranías son un atractivo turístico, donde abundan los paisajes, las caminatas, las caídas de agua y sus pozas refrescantes, caprichosas formas geológicas y una larga lista de pinturas rupestres, prueba milenaria de la presencia humana.

A pesar de ser una región relativamente húmeda, casi no existen grandes ríos. Hacia el oeste y el norte, pequeños arroyos dan origen a varios ríos importantes de la cuenca amazónica boliviana. Hacia el este, las aguas fluyen hacia el río Paraguay formando los humedales del Pantanal; al sudeste, el río Tucavaca forma los bañados de Otuquis, límite natural de estos bosques.

Los principales pueblos, además de aquellos diez fundados por los Jesuitas, son Puerto Suárez y San Matías en la frontera con Brasil, Roboré, San Antonio de Lomerío, San Ramón, los nuevos asentamientos de colonizadores y decenas de pequeñas, preciosas y ordenadas comunidades chiquitanas dispersas en este bosque inmenso, adornando el paisaje.

El estado natural de la Chiquitania es bueno y alentador. Tiene importantes áreas protegidas o en vías de serlo, y sólo se puede ver un discreto impacto ambiental alrededor de los pueblos y comunidades. Afortunadamente, aún queda mucho de los diferentes ecosistemas naturales de Chiquitos.


Fuente. Libro: Chiquitos. La Utopía perdura. Año: 2003. Autor: Willy Kenning Moreno.


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