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» Antropología.


Ava-Chiriguanos.


Etnohistoria.

En varias oportunidades los ava-chiriguanos cruzaron el Chaco durante los siglos XV y XVI en busca de la "Tierra sin mal" y de mejores condiciones de vida. En este proceso migratorio se establecieron en el pie de monte y en los valles bajos andinos (se conoce con el nombre de "Cordillera"), donde reemplazaron o se mezclaron con los pueblos chané, de habla arawak, que habitaban estas regiones. Andando el tiempo amenazaron en sus avances al Imperio Incaico y más tarde mantuvieron una relación ambivalente con la sociedad española y republicana, así como con los franciscanos que establecieron reducciones entre ellos. Estas relaciones iban de pacíficas a bélicas, especialmente durante el auge económico de Potosí, cuando la frontera ganadera o agrícola ejercía presión sobre su territorio. Varias sublevaciones chiriguanas fueron lideradas por "hombres-dioses"; la última fue aniquilada en 1892 por el ejército boliviano, que terminó con la independencia de este pueblo hasta la Reforma Agraria e incluso mucho más.

Economía.

Este pueblo ocupa el pie de monte y los valles bajos de la provincia Cordillera. Su economía se centra en la agricultura tropical y su principal producto es el maíz. Después de la derrota de 1892 muchos se quedaron sin tierras y actualmente viven en pésimas condiciones en estancias que les permiten cultivar pequeñas chacras.

Al igual que los izoceños, muchos ava venden su fuerza de trabajo en el norte cruceño, donde trabajan en la zafra de la caña de azúcar y la cosecha del algodón. Otros grupos, como los Simba de Tentayapi, basan su sustento principal en la economía tradicional. También tiene importancia la producción pecuaria que se destina al consumo festivo y familiar, pero también a la comercialización.

Organización social y política.

La organización tradicional es la Capitanía Grande. En la actualidad hay tres de estas Capitanías: Kaa guazu, Kaipependi y Lima. Hasta los años 80 esta organización estaba en decadencia. Varios Capitanes vivían en Santa Cruz de la Sierra y figuraban como contratistas para las empresas del norte cruceño. Con el apoyo de ONG CIPCA (Centro de Investigación y Promoción del Campesinado) ha recuperado su tradicional fuerza. Las Capitanías formaron en 1987 la APG (Asamblea del Pueblo Guaraní), que defiende la identidad indígena guaraní y sus intereses, relacionándose con la Central Unica Campesina. La APG ha logrado la instauración del primer sistema de educación bilingüe en el oriente de Bolivia. En la actualidad es el interlocutor reconocido por instituciones locales, nacionales e internacionales. Su principal objetivo es la lucha por la posesión de la tierra.

Cosmovisión.

Como el resto de los pueblos guaraníes, tienen una religiosidad muy profunda. Algunos elementos como la figura de un dios creador y otras tantas oraciones o plegarias, se asemejan a creencias y prácticas cristianas. Personajes divinos importantes de su cosmovisión son: Tumpa-tatú y Tumpa-zorro (Tumpa significa sagrado); se trata de héroes culturales que están relacionados con el sol y la luna; el primero es benévolo y el segundo torpe y malintencionado, pero igualmente creador. Otro elemento importante son los amos de la naturaleza que vigilan que el hombre no abuse de este principio.

En la sociedad guaraní se mantiene con gran fuerza el chamanismo. Los chamanes velan para que las tradiciones que regulan la convivencia entre los seres humanos y entre éstos y la naturaleza se mantengan. El Bien y el Mal no son considerados como absolutos, sino como fuerzas y contradicciones complementarias que, en equilibrio, garantizan el bienestar del mundo. Esta ambivalencia revela también la existencia de dos aspectos del chamanismo: donde existe el ipaye, hacedor del bien, y el imbaecua, causador de magia maligna.

En la historia de este pueblo aparecen con frecuencia los Tumpa, que son hombres-dioses que guían a su gente en la búsqueda de la "Tierra sin mal" o en sublevaciones contra los opresores.

Situación actual.

El principal desafío que tiene este pueblo es la tenencia de la tierra. En la Provincia Cordillera prácticamente no existen tierras baldías. Aunque los ava-chiriguanos representan más del 80% de la población rural de la provincia, sólo poseen el 6,7% de la tierra cultivable. Los terratenientes, en su mayoría ganaderos, se han apoderado de las tierras aptas para la agricultura, pero no las cultivan. La falta de tierras cultivables tiene una serie de consecuencias negativas: muchos viven sin tierras formando comunidades cautivas en las haciendas; otros dependen del trabajo asalariado, con un resultado de tasas de migración muy altas. Los que viven como peones en las haciendas tienden a perder su identidad, principalmente por la falta de una vida comunitaria.


Fuente. Libro: Santa Cruz. Tiempo y Espacio. Año: 2000. Autor: Cooperativa Rural de Electrificación (CRE). Bernardo Fischermann.


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