Historia

Historia

» Por: Alcides Parejas Moreno.
» Período Colonial.


Creación del Obispado.


En 1605 Paulo VI creó el obispado de Santa Cruz de la Sierra. Su territorio incluía la totalidad de la gobernación del mismo nombre y parte del corregimiento de Cochabamba. Aunque se estableció a Santa Cruz de la Sierra como la sede del obispo, su extrema pobreza y aislamiento hicieron que ninguno de los obispos fijara en ella su residencia, haciéndolo en la villa de Mizque, perteneciente al corregimiento de Cochabamba. Los obispos del siglo XVII insistieron sistemáticamente ante el Rey y el Consejo en la necesidad de cambiar la sede a Mizque, especialmente a raíz de la despoblación de San Francisco de Alfaro y Santa Cruz de la Sierra la Nueva de Cotoca, con lo que quedaba un solo núcleo urbano en una enorme extensión territorial. Mientras esto ocurría, las visitas del obispo a San Lorenzo se hacían cada vez más espaciadas; así, en 1679 "el cabildo y la muy leal República de San Lorenzo de la Barranca damos parte con leal celo de vasallos de S.M. como ha treinta años no tenemos pastor ni obispo en esta ciudad estando la catedral en ella" (8). Este estado de cosas se mantuvo hasta 1771, año en el que el obispo Herboso y Figueroa se trasladó a Santa Cruz de la Sierra.

El clero del obispado cruceño era escaso: una buena parte se estableció en tierra de misiones y en el territorio correspondiente al corregimiento de Cochabamba. Así, por ejemplo, el cabildo catadralicio -según noticias de 1650 (9)- sólo contaba con dos miembros (deán y arcediano) asistidos por un sacristán mayor. En cuanto al clero regular, sólo existieron dos conventos durante el período colonial: el de mercedarios, los primeros en llegar, y el de jesuitas. No se estableció ningún convento de religiosas.

En 1671 la Compañía de Jesús se hizo cargo de los llanos de Moxos. Cuatro años más tarde se iniciaba el proceso misionero con el ingreso de los padres Pedro de Marbán y Cipriano Barace y el hermano Castillo. En 1682 se hizo la primera fundación en tierras moxeñas, Nuestra Señora de Loreto. Estas reducciones, que dependían de la provincia jesuítica de Lima, estaban bajo la jurisdicción del obispo cruceño. En 1768 salían los últimos jesuitas de Moxos dejando atrás 30.000 indios convertidos repartidos ordenadamente en 15 pueblos.

A fines del siglo XVII el gobernador cruceño solicitó a la Compañía de Jesús que se hiciera cargo de la provincia de Chiquitos. En 1691 el padre José de Arce fundaba la primera reducción, San Francisco Javier. Estas dependían de la provincia jesuítica del Paraguay y estaban bajo la jurisdicción del obispo cruceño. En el momento de la expulsión el saldo era enormemente positivo: los indios chiquitanos convertidos al cristianismo estaban repartidos en 9 pueblos.

A partir de la expulsión de la Compañía de Jesús aumentó considerablemente la actividad del obispado, pues la secularización de Moxos y Chiquitos le obligó a proveerlos de doctrineros y a hacer visitas con mayor regularidad.

Aunque sea un tema a estudiar y algunos documentos de la época dicen que "lo que más admira es que habiendo allí tanto barbarismo [en la Gobernación de Santa Cruz de la Sierra] no se experimentara la idolatría ni superstición alguna" (10), creemos lícito afirmar que los indios no abandonaron totalmente sus creencias religiosas. En líneas generales se puede ver que no abandonaron el politeísmo; en algunos casos se han conservado algunas deidades aborígenes y en otros han convertido la comunidad de santos cristianos en auténticos panteones de deidades antropomórficas. Aceptaron la idea cristiana del alma humana inmortal, pero este concepto lo han extendido a los animales e incluso a objetos inanimados.

En 1587 llegaron los primeros religiosos jesuitas desde el Perú, quienes se dedicaron a la asistencia espiritual de los cruceños, prestando especial atención a los más necesitados para lo que fundaron una "congregación de seglares" que se encargaría de estos menesteres (11). El escaso número de religiosos -"cuatro y tres hermanos", según Pastells (12)- hizo que estos religiosos se desentendieran de la educación, actividad que pasó a la jurisdicción del cabildo secular que en 1634 nombró un maestro de escuela. Durante el obispado de Fray Juan de Arguinao O.P. (1648-1661), la enseñanza primaria adquirió carácter eclesiástico. "Estudia la juventud de esta tierra -dice Arguinao en 1659- latinidad y algunas materias morales que les enseñan los religiosos de la Compañía de Jesús, que allí tienen un colegio de su orden, con que no faltarán ministros a esta santa Iglesia" (13). Los esfuerzos de este obispo no se vieron recompensados, pues esta escuela desapareció en 1660.

Desde el gobierno de Suárez de Figueroa se habla de la necesidad de la creación de un seminario; sin embargo, éste recién entró en funcionamiento en 1770, durante la gestión del obispo Herboso. El establecimiento "tenía un curso de primeras letras, otro de gramática, otro de latinidad y un cuarto de ciencias morales y de teología para jóvenes que ya tenía hecho cursos elementales y cuyo número era apenas superior a la decena" (14).

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Notas Bibliográficas:
(8) A.G.I. Audiencia de Charcas, 15.
(9) A.G.I. Audiencia de Charcas, 139.
(10) A.G.I. Audiencia de Charcas, 139.
(11) EGAÑA, Antonio de: Historia de la Iglesia en la América española. Desde el descubrimiento hasta comienzos del siglo XIX. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 1966. Pg. 383.
(12) Ibid. Pg. 383.
(13) Ibid. Pg. 385.
(14) SANABRIA FERNANDEZ, Hernando: Op. Cit. 1973. Pg. 58.


Fuente. Libro: Santa Cruz. Tiempo y Espacio. Año: 2000. Autor: Cooperativa Rural de Electrificación (CRE). Alcides Parejas Moreno.


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