Historia

Historia

» Por: Alcides Parejas Moreno.
» Período Colonial.


La Economía.


Santa Cruz de la Sierra colonial era una comunidad pobre. Su economía, harto precaria, se basaba en la agricultura, la artesanía, el comercio y la ganadería. Con una tecnología muy rudimentaria en un primer momento, la agricultura se limitó a los cultivos indígenas: maíz, yuca, camote, calabaza, frijol, maní, papaya. Poco a poco se fueron introduciendo cultivos foráneos, siendo el arroz y la caña de azúcar los que dieron mejores resultados. Aunque se desconoce la fecha de la introducción del ganado vacuno y caballar, documentos del primer tercio del siglo XVII hablan de una ganadería relativamente importante.

Antes de fines del siglo XVII los cruceños adoptaron un nuevo sistema para mejorar el cultivo de la caña de azúcar. Este "descubrimiento" fue traído por un grupo de esclavos negros que habían desertado de los dominios portugueses. Hasta ese momento el terreno que utilizaban para este cultivo eran campos abiertos, mientras que el "descubrimiento" se hace "donde se cría el monte o bosques más espesos -según un informe del gobernador Viedma a fines del siglo XVIII- de tal suerte que después de trece años de corte sigue el cañaveral con más fertilidad y sazón, lo que no acaece en la campaña que a los tres o cuatro años tienen que volver a hacerlo de nuevo y la caña no crece ni aún la mitad de los otros parajes" (15). En base a un mecanismo muy rudimentario -trapiches para la extracción del jugo; casa de pailas para el cocido del jugo; casa de purga para la limpieza y solidificación- se producía azúcar casi en forma artesanal. Esta es prácticamente la única industria colonial cruceña, cuyos excedentes eran exportados sobre todo a los centros mineros de las tierras altas.

En el informe del gobernador Viedma de fines del siglo XVIII figura la industria azucarera como la principal actividad económica, con una producción de 35.000 arrobas; de esta cantidad dos terceras partes estaban destinadas a la exportación y el resto al consumo local (16). Se calcula que en 1629 existían en las cercanías de la capital 25 establecimientos de producción azucarera.

A comienzos del siglo XVIII hay un resurgimiento económico que se va a acentuar con la expulsión de los jesuitas, pues a partir de ese momento se levantaron las restricciones económicas que pesaban sobre los territorios de Moxos y Chiquitos. En este siglo el incremento de la producción azucarera y la irrupción de los productos de las antiguas misiones jesuíticas activaron considerablemente el comercio.

La carencia de productos de primera necesidad hizo que desde el primer momento se mantuvieran relaciones comerciales con algunas ciudades de las tierras altas -especialmente La Plata y Cochabamba- a pesar de las grandes distancias, la carencia de caminos y las dificultades naturales. Dos veces al año salían recuas cargadas de azúcar con una escolta de gente armada, pues a las dificultades naturales se unía el peligro de los "indios de guerra" (chiriguanos y yuracarés). La comunicación con las misiones de Moxos se hacía tanto por tierra como por río. Se podía ir desde Santa Cruz de la Sierra hasta Loreto, la primera reducción moxeña, a través de las aguas sin trasbordo alguno. Los jesuitas tenían un recorrido fijo que finalizaba en el puerto de Pailas, a poca distancia de la capital; pero el comercio ilegal se hacía por otras vías. El camino a Chiquitos se hacía por tierra; el terreno no presentaba grandes dificultades, salvo en época de lluvias.

Los cruceños no tenían verdaderos títulos de propiedad, por no haberse aplicado la ley desde los comienzos. "Ningún terrateniente era poseedor en propiedad de la tierra cultivada o de pastaje, sino mero ocupante de ella. Aunque los rescriptos (sic) reales disponían la adjudicación con título legal a quienquiera que lo solicitase, los hacendados cruceños jamás se cuidaron de obtener dicho título. Aunque así las cosas, no se presentaba incidente alguno entre los hacendados vecinos, en lo ateniente a posesión" (17). A pesar de la ausencia de títulos, de hecho tenían conciencia de que poseían esas tierras, pues era heredada de padres a hijos. Aunque el corto número de vecinos se prestaba a la existencia del latifundio, la escasez de mano no lo permitía. De hecho, las estancias o haciendas estaban situadas en los alrededores de la ciudad donde vivían la mayor parte del año.

A comienzos del siglo XVII se nota una cierta prosperidad económica, la que atrajo a un grupo relativamente importante de comerciantes. Muchos de éstos se avecinaron definitivamente en Santa Cruz de la Sierra.

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Notas Bibliográficas:
(15) VIEDMA, Francisco de: Descripción geográfica y estadística de la Provincia de Santa Cruz de la Sierra. Amigos del Libro. La Paz-Cochabamba, 1969. Pg. 120.
(16) Ibid. Pg. 123.
(17) SANABRIA FERNANDEZ, Hernando: Op. Cit. 1973. Pg. 46.


Fuente. Libro: Santa Cruz. Tiempo y Espacio. Año: 2000. Autor: Cooperativa Rural de Electrificación (CRE). Alcides Parejas Moreno.


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