Historia

Historia

» Por: Alcides Parejas Moreno.
» Período Colonial.


Organización Social.


El Oriente Boliviano se caracteriza, ya se ha dicho, por la escasez de centros urbanos: a mediados del siglo XVII prácticamente queda sola la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, con una población alarmantemente disminuida. La gran mayoría de los datos demográficos se debe a las visitas de los obispos. Aún teniendo en cuenta epidemias y "guerras" resulta demasiado rápida la disminución de la población: mientras en 1629 los españoles constituían el 12 por ciento de la población del obispado, en 1654 sólo llegaba al 1,5 por ciento. Hay que tener en cuenta, para comprender estos datos, que los obispos intentaron por todos los medios trasladar la sede del obispado, por lo que estos informes pueden pecar de parcialidad.

El conquistador hispano trajo al área una selección de la cultura española: una cultura de conquista, es decir, una cultura simplificada. Esta simplificación fue mayor en el caso cruceño, pues a las especiales características de la región se une la experiencia que los conquistadores trajeron de tierras paraguayas. Estamos, pues, ante lo que se ha dado en llamar una cultura de frontera.

La afluencia de españoles al Oriente Boliviano fue escasa. El primer contingente -germen de la sociedad cruceña- vino con Ñuflo de Cháves, al que se agregó un grupo de criollos y mestizos paraguayos. Esto, unido al aislamiento en el que vivió la gobernación y la casi inexistencia de mujeres españolas fueron los factores propicios para que se diera un rápido mestizaje. Este fue tan intenso que en los censos se incluyen los mestizos con los españoles sin hacer ningún tipo de distinción. Muy pronto surge un importante grupo de mestizos que juega un papel protagónico en la vida de la ciudad y la gobernación; así, por ejemplo, fue el grupo que se amotinó en apoyo de Diego de Mendoza y en contra de la autoridad nombrada por el virrey.

El mestizaje en Santa Cruz de la Sierra tiene algunas características muy peculiares e importantes. Por una parte, debido a la escasa población y al aislamiento de la gobernación, se dieron casi exclusivamente relaciones endogámicas; esto dio lugar a una complicada red de parentesco. Por otra parte, no existe ninguna discriminación contra este grupo. "Hay muchos testimonios -dice García Recio- que corroboran la ausencia de discriminación con respecto a los mestizos, lo que es lógico si tomamos en cuenta que, probablemente, su proporción dentro del conjunto de la población de Santa Cruz se fue incrementando con el transcurso del tiempo... El hecho de que no existiera segregación racial, fruto de prejuicios raciales, respecto a los mestizos, no obsta para que muchos de ellos desempeñaran trabajos mecánicos o de criados de otros, ocupando pues de hecho una posición subordinada a la del grupo superior de aquella sociedad" (25). Sin embargo, a partir de fines del siglo XVII esto irá cambiando poco a poco. Algunos autores (26) atribuyen este fenómeno a la influencia de Charcas: los cruceños olvidarán su propio origen mestizo y relegarán a los "nuevos" mestizos a una situación de inferioridad y los mirarán con desdén. Esto llegará a tal punto que a fines del siglo XIX Gabriel René Moreno negará cualquier posibilidad de mestizaje en Santa Cruz de la Sierra.

En esta sociedad eminentemente agraria destaca el grupo de los primeros pobladores, que también reciben el nombre de conquistadores y encomenderos. Las distintas fundaciones y traslaciones hicieron que este grupo se ampliara. Se dedicaron al cultivo de la tierra y pronto tomaron conciencia de grupo social privilegiado, aunque una buena parte de ellos fueran mestizos. Durante todo el período colonial este grupo vivió de las glorias y privilegios (por ejemplo, no pagaban el derecho de alcabala ni tributaban sus indios) de sus antepasados; Viedma dice que estaban "tan imbuidos en la observancia de sus figurados privilegios que nada puede sacarlos de su error" (27).

Los principales cargos públicos no estaban ocupados por esta clase social privilegiada; los nombramientos venían de fuera. Por el hecho de ser funcionarios reales fueron admitidos por este grupo. Así el Maestre de Campo Francisco Rodríguez Peinado, español, que había tomado parte con el gobernador Suárez de Figueroa en la fundación de San Lorenzo, casó con "doña Juana Alfonso de Sosa, hija legítima del Capitán Gutiérrez de Sosa, uno de los primeros conquistadores y pobladores de aquella provincia" (28). En la mayoría de los casos estos funcionarios sólo permanecían el tiempo que duraba el desempeño de su cargo, aunque se dieron algunos casos que se quedaron en la región. El cumplimiento del deber en más de una ocasión llevó a enfrentamientos entre los funcionarios reales y los hacendados, sobre todo cuando éstos pensaban que se estaban poniendo en riesgo sus privilegios. Los documentos se refieren con insistencia a la "vida licenciosa" de los cruceños "cometiendo pecados públicos y otros abusos". Como representantes de la ley, los funcionarios reales intentaron ponerles atajo, pero se encontraron con una dura oposición; el caso más notable fue el asesinato del gobernador Antonio de Rivas (29).

El clero constituye un grupo reducido durante los siglos XVI y XVII; a partir de la segunda mitad del siglo XVIII aumentó, pero la mayor parte vivía fuera del área urbana. Formaba parte del grupo social privilegiado. Como en casi todas las regiones americanas las órdenes religiosas precedieron al clero secular. La importancia de los religiosos estuvo marcada por el carácter eminentemente misionero que tuvo la Iglesia. En San Lorenzo había un convento de mercedarios y otro de la Compañía de Jesús. Esta cultura de frontera siguió siendo católica pese a su precaria situación y aceptó la presencia del clero y sus tradicionales privilegios.

El grupo intermedio está constituido por los mestizos pobres, es decir, aquellos que no pudieron asimilarse a los primeros pobladores. A partir del siglo XVII se constituye en el grupo más numeroso. La mayor parte vive en el área urbana, el resto está disperso en las estancias en las que ejercen distintos oficios.

Finalmente está el grupo de los indios y negros. Después del primer momento, la población indígena fue repartida en encomiendas. La pobreza del medio hizo que los indios se convirtieran en un botín codiciado para los cruceños: fueron sujetos de compra-venta, especialmente durante la segunda mitad del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Se dedicaron al trabajo agrario y doméstico. La población negra fue prácticamente inexistente hasta la segunda mitad del siglo XVII: se redujo a un pequeño grupo de desertores de los dominios portugueses.

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Notas Bibliográficas:
(25) Ibid. Pg. 441.
(26) Ibid. Pg. 442.
(27) VIEDMA, Francisco de: Op. Cit. Pg. 193.
(28) A.G.I. Audiencia de Charcas, 30.
(29) A.G.I. Audiencia de Charcas, 11.


Fuente. Libro: Santa Cruz. Tiempo y Espacio. Año: 2000. Autor: Cooperativa Rural de Electrificación (CRE). Alcides Parejas Moreno.


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