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Otuquis.


Mapa:
Nombre: Otuquis. / Categoría: Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado. / Acción: Creación, 1997. / Instrumento Legal: Decreto Supremo Nro. 24762. / Área: 1.005.950 hectáreas (903.350 de PN y 102.600 de ANMI). / Jurisdicción: Provincias Germán Busch y Cordillera. Municipios de Puerto Suárez, Charagua, El Carmen Rivero Torres y Puerto Quijarro.

Libro: Patrimonio Natural de Santa Cruz. Año: 2015. Autor: Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. Willy Kenning Moreno.

Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado.

En la esquina suroriental de Bolivia, en el único punto que el río Paraguay toca directamente el territorio nacional, como predestinado a una eterna relación con el río que recibe sus aguas y las intercambia con las suyas, yace esplendoroso el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis.

Se trata de un área de pantano en todo el sentido de la palabra, una llanura deprimida en la que el agua se detiene de forma natural y que permanece la mayor parte del año inundada. No obstante su apariencia de planicie total, este territorio presenta un pequeño relieve que incide directamente en las fluctuaciones del nivel de la inundación y muestra sus extremos en su límite sur, en la zona conocida como Triángulo Dionisio Foianini, depresión principal donde se forma una especie de bañera entre la orilla del río y las terrazas escalonadas que le suceden en dirección norte. Las aguas que llegan a esta bañera vienen por temporadas del río Paraguay, al cual alivian, y a veces se dirigen a él y se detienen en Otuquis provenientes de las partes más altas de los ríos Tucabaca, Negro y San Rafael, que forman los llamados Bañados de Otuquis y que drenan territorios pantaneros, chiquitanos y chaqueños.

Otuquis, pues, está íntimamente ligado al río Paraguay, casado con él para siempre, unido en un vínculo acuático en el que el aporte fluvial lo hace el río mientras que el pantano contribuye con aguas que recibe de otros cursos y de las lluvias que se precipitan sobre el área, aguas todas que absorbe como esponja y libera gradualmente, dosificando con cariño sus entregas a medida que el río las va demandando en su obligación eterna como encargado de drenar la comarca pantanera. Otuquis coadyuva, entonces, como instrumento de administración de la hidráulica de la región, y el río Paraguay, el mismo galán que seduce lagunas en San Matías, a estas alturas coquetea ya más formalmente con su dilatado como deprimido territorio, entregando y recibiendo la linfa que les interesa a ambos.

Otuquis es, pues, una llanura de llenuras, es pantano y es Pantanal. Otuquis tiene un rol clave en el drenaje de la parte alta de la cuenca del río Paraguay, que a la vez inunda y desagota el interior del área, y la compleja dinámica de expansión y contracción del espejo de agua de este inmenso humedal favorecen la posibilidad de una navegación comercial al paso del río por la zona. El valor de sus servicios ambientales es incalculable y tanto la región como el país y los países vecinos dependen largamente de su función reguladora. De ahí que su creación como área protegida haya sido una recomendación del Plan de Uso del Suelo de Santa Cruz luego de sesudos y prolongados estudios, y que su conservación sea indispensable para el bienestar propio de toda la región.

Pero Otuquis no se limita al rol de regulador de inundaciones, fuera y dentro de su territorio. Su biodiversidad es sorprendente: tiene una vida silvestre sobresaliente y una flora muy singular. La biodiversidad está fuertemente marcada por la complejidad de los pulsos de inundación del área que, con una distribución temporal y espacial muy particular, es causa y origen de un paisaje heterogéneo. La forma en que se inunda el territorio, la profundidad a la que lo hace, el tiempo que permanece anegado, y también la erosión, la sedimentación y las características químicas del agua, a la vez, determinan la forma de vida de organismos vegetales y animales, incluyendo al hombre y sus limitadas actividades.

Las condiciones inhóspitas y las frecuentes inundaciones profundas que caracterizan a Otuquis -muestra representativa del Pantanal profundo-, con muy poca presencia humana, favorecen la conservación del área y que en ella prosigan prácticamente inalterados los procesos evolutivos de las especies que lo habitan.

Las imágenes satelitales mediante las cuales fueron mapeadas las formaciones vegetales para Otuquis muestran la existencia de 15 de ellas, siendo la más abarcadora en superficie la formación conocida como bosque deciduo, seguida de bosque higromórfico, el matorral de sabana y el bosque semideciduo. Las áreas inundables con pantano o aguas libres, incluyendo el bosque higromórfico, el bosque inundado, el matorral inundado, el pantano alto, el pantano profundo, las colchas flotantes, y el pantano de Copernicia, ocupan en conjunto el 44% del área, mientras que el 100% de la zona del Triángulo Dionisio Foianini, inmediatamente colindante con el río Paraguay, está cubierto por la vegetación baja y herbácea, de horizontes abiertos, típica de las zonas inundables.
Entre las especies de flora sobresalientes se pueden mencionar árboles importantes como cuchi, tajibo, verdolago, curupaú, alcornoque, cedro, bibosi y motacú, numerosas plantas acuáticas y pastizales de gramíneas, pero lo que en verdad sobresale son las grandes dimensiones de sus palmares de carandaí y sus bellas islas de tajibo.

Los humedales en general, y el Pantanal muy particularmente, mantienen una macro-fauna numerosa, y en Otuquis esta se destaca por su riqueza específica, principalmente en aves y mamíferos. Un grupo de científicos ilustres que sobrevolaron el área haciendo una evaluación ecológica rápida dejaron testimonios muy valiosos sobre su destacable biodiversidad. Ted Parker, famoso zoólogo especializado en aves que encabezaba el grupo, escribió: "Durante un sobrevuelo a una pequeña área de pantano desecándose al sur del cerro Mutún observamos la mayor concentración de aves que hayamos presenciado durante nuestros muchos años de trabajo de campo en Sudamérica Central. El Pantanal Boliviano mantiene poblaciones mundialmente significativas de muchas especies de aves acuáticas"(28). Su aseveración se complementó luego con la presunción de que "los bosques adyacentes son posiblemente también importantes para muchas especies de mamíferos grandes que se encuentran por todo el Chaco y en bosques más altos del Norte"(29).

La avifauna es, claramente sobresaliente, mientras que la fauna no voladora, también cuantiosa y variada, está representada por el borochi, el perrito de monte, el jaguar, el puma o león americano, el lobito de río, la londra, el melero, el lagarto, y poblaciones numerosas y saludables de ciervo de los pantanos.

Toda esta riqueza hace que al área de Otuquis se le reconozca y asigne el lugar de máxima prioridad regional en estado vulnerable. La patente y latente vulnerabilidad del área, sin embargo, es un tema que aconseja atención permanente y su fragilidad debe ser motivo de los más criteriosos y minuciosos estudios cada vez que se sienta necesario intervenir en el área.

El diseño inicial de Otuquis como un área protegida de doble categoría, Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado, y la particularidad de que estas dos categorías estén físicamente separadas, puede ser muy importante a la hora de conservar y gestionar el área. Para ingresar al área desde el norte se atraviesa primero una región agrícola-ganadera y se tiene acceso a los yacimientos de hierro del Mutún en los primeros 40 kilómetros. Luego se sigue por algunas estancias ganaderas que ya se ubican en zona inundable hasta entrar en el Área Natural de Manejo Integrado y finalmente en el Parque Nacional Otuquis. El área protegida tiene, entonces, una especie de zona de amortiguación, pero a la vez tiene previsto un corredor de acceso vial hasta el río Paraguay, corredor este por el que se prevé tener llegada directa al río como alternativa para el transporte de productos de nuestro país a los mercados de ultramar.

La superficie es extensa (1.005.950 hectáreas, de las cuales 903.350 hectáreas corresponden al Parque Nacional y 102.600 hectáreas al Área Natural de Manejo Integrado) y mayormente despoblada. Hay poca gente en Otuquis, al menos en el Parque Nacional, aunque existe una solicitud de TCO que excede inclusive la superficie del área protegida. En términos estrictos, el área protegida se encuentra despoblada, aunque en sus alrededores predomina la presencia de indígenas ayoreos y chiquitanos, ya sea en pequeñísimas comunidades como en estancias tradicionales dispersas en el interior del área, que por su condición anegadiza no admite presencia humana ni actividades ganaderas estables. El clima adverso, con temperaturas que pueden alcanzar los 40 grados centígrados y bajar a menos de 2 grados centígrados debido a los vientos del sur en invierno, así como la precipitación que puede llegar a los 1.600 milímetros como máxima, pero sobre todo la condición anegadiza de la mayor parte del territorio, la extrema fragilidad y su categoría estricta de conservación no invitan precisamente a poblar el área.

Declarada como área protegida el año 1997, Otuquis es parte de las provincias Germán Bush y Cordillera, en los municipios de Puerto Suárez, Carmen Rivero Torres, Charagua y Puerto Quijarro.

Otuquis es un nombre que nombra a un pueblo indígena que en alguna ola migratoria llegó para habitar el sudeste de Bolivia y, a la vez, nombra al río que resulta de unirse el Tucabaca con el San Rafael y que desagua en el río Paraguay desde los bajíos de Yacadigo.

Sin contar al río Paraguay, que delimita por 40 kilómetros su extremo sur, otro río de mayor importancia en Otuquis es el río Negro, que delimita el lado oeste del Triángulo Dionisio Foianini. El río Negro se junta con el Paraguay justo en el vértice suroeste del denominado triángulo, de ahí penetra a recorrer el territorio nacional paraguayo.

La presencia humana actual, además de la ya mencionada en párrafos anteriores, es mayor en la localidad de Puerto Busch, destacamento militar destinado a vigilar la soberanía territorial y a alimentar el sueño largamente acariciado de convertirse en base logística para el transporte de productos, mercaderías y personas por la Hidrovía Paraguay-Paraná. Algunos intentos para desarrollar infraestructura vial a través de terraplenes camineros en el pasado han tropezado con la dificultad de no poder resistir a las aguas que corren por la zona de una forma aún no totalmente comprendida. Los terraplenes, en consecuencia, se han constituido en diques que las corrientes naturales no han respetado, demostrando sobradamente la necesidad de proceder con sumo cuidado y con total cordura cuando se interviene en el área.

Otuquis, no cabe duda, es tierra de sueños que se exacerban hasta el delirio por la condición de mediterraneidad del país, por el estado general de subdesarrollo de la zona, y por la motivación que deja sus posibilidades de convertirse en un nodo de transporte multimodal -caminero, ferroviario, fluvial y aéreo-, así como en polo de desarrollo de la región. La cercanía, a la vez, del enorme yacimiento de hierro y manganeso de Mutún alimentan el sueño, y a poco han estado de convertirlo en realidad.

Pero Otuquis es también tierra de responsabilidades por su fragilidad y, sobre todo, por su rol en la regulación de inundaciones dentro y fuera del territorio nacional. A la vez que es punto de contacto con el río Paraguay, que pasa por allí ancho, henchido e hinchado, grueso, con sus aguas leonadas, Otuquis es un área protegida que nos recuerda la importancia de la sensatez a la hora de pretender modificar cursos naturales trazados por millones de años.

Otuquis es paraíso de picudas y zancudas, de aves de gran envergadura alar, lugar para observar sus grandes concentraciones, para disfrutar de los ciervos de los pantanos buscando la escasa y discontinua sombra que dan millones de palmeras carandaí, para ver el movimiento de su fauna que se despliega en vuelos de alas abiertas, en coletazos y piruetas acrobáticas de peces, en saltos felinos, en embestidas de mamíferos mayores, en multitudinarios desplazamientos de insectos, en sigilosos movimientos de reptiles.

Otuquis es lugar para observar la flora que va y viene flotando sobre sus aguas, que se abre en mil colores, que despunta en descomunales árboles de alturas, en palmares que se cimbran al influjo del viento y que alegran el paisaje de sus interminables e inalcanzables horizontes de sabanas verdes y azuladas.

Otuquis es el más grande y próximo muestrario del comportamiento de los pantanos, de sus flujos, de sus hábitos de esponja, de sus cargas y descargas, de su asociación con los ríos, de su innecesariamente tensa relación con el hombre.

La naturaleza de Otuquis es portentosa e inconmensurable pero a la vez frágil, vulnerable y delicadamente equilibrada. Delicado y equilibrado también debe ser el hombre en sus afanes de interrelacionarse con ella.


Fuente. Libro: Patrimonio Natural de Santa Cruz. Año: 2015. Autor: Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. Willy Kenning Moreno.


Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Laguna Cáceres y el río Pimiento. Autor: Willy Kenning.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Río Negro. Autor: Willy Kenning.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Crotalus durissus. Autor: Hugo Santa Cruz.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Caiman yacare. Autor: Steffen Reichle.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Eunectes mataeus, sicurí. Autor: Daniel Alarcón, Carmen Mateu.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Dracaena paraguayensis. Autor: Hugo Santa Cruz.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Melanerpes candidus. Autor: Daniel Alarcón, Carmen Mateu.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Aratinga nenday. Autor: Steffen Reichle.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Sporophila collaris. Autor: Daniel Alarcón, Carmen Mateu.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Arundinicola leucocephala. Autor: Daniel Alarcón, Carmen Mateu.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Theristicus caudatus, bandurria. Autor: Daniel Alarcón, Carmen Mateu.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Theristicus caerulescens. Autor: Daniel Alarcón, Carmen Mateu.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Bosque ralo del Cerrado, Tabebuia aurea. Autor: Rubén Darío Azogue.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Yomomales. Autor: Daniel Alarcón, Carmen Mateu.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Palmar de carandaí. Autor: Steffen Reichle.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Blastocerus dichotomus, ciervo de los pantanos. Autor: Steffen Reichle.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Hydrochaeris hydrochaeris, capiguara. Autor: Steffen Reichle.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Zona de transición entre el Cerrado y los palmares inundados. Autor: Willy Kenning.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Isla de monte. Autor: Daniel Alarcón, Carmen Mateu.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Arroyo cubierto por vegetación acuática. Autor: Willy Kenning.

Foto: Áreas Protegidas Nacionales · Otuquis · Curso inferior del río Negro. Autor: Willy Kenning.

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