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Curichi La Madre.


Mapa:
Nombre: Curichi La Madre. / Categoría: Parque Urbano de Preservación Ecológica. / Acción: Creación, 2007. / Instrumento Legal: Ordenanza Municipal Nro. 044/2007. / Área: 49,8 hectáreas. / Jurisdicción: Provincia Andrés Ibáñez. Municipio de Santa Cruz de la Sierra.

Libro: Patrimonio Natural de Santa Cruz. Año: 2015. Autor: Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. Willy Kenning Moreno.

Parque Urbano de Preservación Ecológica.

Se dice que desde los primeros años del siglo XVII, en el Oriente Boliviano ya se daba el nombre de "madre" a toda laguna o pantano que vertiese sus aguas a un río, formándolo o aumentando su caudal. En el caso del Curichi La Madre, aunque se ignora el origen exacto de la denominación del sitio, el mismo reúne todas las condiciones del concepto vertido arriba: es una depresión pantanosa que desagua sobre el río Piraí, del cual es vecino inmediato y al cual le aumenta ocasionalmente su caudal.

Podría ser también que esta madre en particular se llamase La Madre, en homenaje al sublime ser que nos dio la vida a todos y cada uno de nosotros, pero no tenemos modo de confirmarlo. En cualquier caso, la nomenclatura del curichi que nos ocupa está referida a dar vida, origen, y a mantenerla, y con ello es suficiente.

El Curichi La Madre ha tenido tradicionalmente una dinámica de ida y vuelta, a veces aportando sus aguas de escurrimientos de la ciudad al río Piraí, a veces nutriéndose y rellenándose con las de este cuando, crecido por las lluvias de la parte alta de su cuenca, se desborda y le regala sus aguas leonadas y de turbión. Los defensivos construidos para moderar la conducta invasora y expansionista del río Piraí han interferido con la natural dinámica y han alejado al Curichi La Madre de los turbiones, siendo ya poco el intercambio que ocurre entre ellos.

Independiente de su relación antigua y actual con el Piraí, sin embargo, al ser una depresión natural, el Curichi La Madre mantiene valores intrínsecos de conservación que motivaron su creación como área protegida. Su estatus de área protegida, con el que su nombre propio pasa a ser Curichi La Madre, todo con mayúsculas, se basa en valores naturales sobresalientes para un área de características urbanas, mismas que a la vez incrementan su importancia al estar en la jurisdicción del municipio más fuerte del país, el de Santa Cruz de la Sierra, lo que le agrega perspectivas de ser bien manejado.

Objetos de conservación tales como los relictos de vegetación nativa, especies de fauna cuya presencia en zonas urbanas es, al menos curiosa, la dinámica de humedales pequeños, y otros hacen del Área Protegida Municipal Curichi La Madre un lugar ideal para el desarrollo de actividades de educación ambiental. Al menos 195 especies de aves registradas, 26 especies de anfibios y 16 de reptiles, estudios locales de macro-invertebrados como indicadores de estado de conservación, un interesante estudio que revela una gradiente térmica que concluye en el curichi con temperaturas muy agradables, con una diferencia de varios grados comparada con áreas deforestadas y urbanizadas de sus proximidades, constituyen un importante legajo de información para estos efectos.

Aparejadas a esta ventaja, esta área protegida municipal trae, sin embargo, un muestrario completo de dificultades propias precisamente de su carácter urbano. Se suscita en el área, pues, una tensión conocida de otras experiencias, propia de lugares en los que se instala un área protegida ocupando parcialmente terrenos privados. Imposturas de todo tipo, inmobiliarias formales e informales, permanentes amenazas de invasión, usos indebidos, no compatibles con los objetivos de su creación, le acechan cotidianamente y, a la vez que constituyen un serio problema, también se configuran como magnífica oportunidad para desarrollar un modelo de convivencia de la ciudad -la ciudadanía-, y su entorno natural inmediato.

Afortunadamente existe voluntad de negociación, y las partes involucran a gente pensante a las que no solo les mueven afanes inmediatistas de tipo inmobiliario sino también la conciencia de la importancia del área para la regulación de flujos, para la supervivencia de especies que ya no se pueden ver en otras partes de la ciudad, para la educación ambiental y el afán de esparcimiento de una población inmensa que se le abalanza inexorablemente.

A la vez que cantan las aves, juegan los monos, y los reptiles se escurren jubilosos por sus múltiples rincones, los anfibios llenan la noche con sus cantos plañideros, los visitantes y asentamientos ilegales miden sus fuerzas con quienes tienen a su cargo cuidar el cumplimiento de la ley, y el Área Protegida Curichi La Madre representa nítidamente su rol de espacio en el que la vida bulle con todos sus claroscuros.

Del buen tino de las autoridades depende que los ciudadanos se sumen a multiplicar los claros y restar los oscuros, todo en un marco en que el criterio que prevalezca sea el de la convivencia armónica del hombre con el medio natural.


Fuente. Libro: Patrimonio Natural de Santa Cruz. Año: 2015. Autor: Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. Willy Kenning Moreno.


Foto: Áreas Protegidas Municipales · Curichi La Madre · Curichi La Madre y la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Autor: Willy Kenning.

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