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Jardín de las Cactáceas de Bolivia.


Mapa:
Nombre: Jardín Botánico de Cactus. / Categoría: Servidumbre Ecológica. / Acción: Creación, 2004. / Instrumento Legal: Ordenanza Municipal Nro. 009/2004. / Área: 20 hectáreas. / Jurisdicción: Provincia Manuel María Caballero. Municipio de Comarapa.

Nombre: Jardín de las Cactáceas de Bolivia. / Categoría: Área Protegida Municipal. / Acción: Creación, 2005. / Instrumento Legal: Ordenanza Municipal Nro. 006/2005. / Área: 22.491 hectáreas. / Jurisdicción: Provincia Manuel María Caballero. Municipio de Comarapa.

Libro: Patrimonio Natural de Santa Cruz. Año: 2015. Autor: Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. Willy Kenning Moreno.

Área Protegida Municipal.

Los valles interandinos de Bolivia son un "hotspot" de la familia Cactaceae, una ecorregión de mucha importancia para las plantas suculentas y espinosas que se llaman cactus, que son exclusivas de las Américas pues surgieron después de que la separación y la deriva continental desplazasen a América a la vereda de enfrente de África.

Bolivia se ubica entre los cinco países más ricos en especies de cactus, con mucha variedad y endemismos, con especies y géneros exclusivos del país, superando a Brasil y Estados Unidos que tienen territorios más extensos. En tal circunstancia, la creación de un área protegida dedicada exclusivamente a la familia Cactaceae supuso casi una obligación que se inició en el año 2004 con la creación de una servidumbre ecológica de 20 hectáreas destinada a conservar especies de cactus, en la zona de El Ulalar, al sureste de Pulquina Abajo, y que el municipio de Comarapa, que ostenta una buena representación de los valles interandinos de Bolivia, amplió y asumió el año 2005 y que desde entonces maneja con el apoyo de la Gobernación de Santa Cruz y entidades externas.

Única en su género por ser un área protegida dedicada exclusivamente a proteger, estudiar y difundir las diferentes especies de esta familia, el Jardín de los Cactus es parte de la cuenca del río Grande y su tributario el río San Isidro, y está ubicado en las cercanías de Comarapa y Pulquina Abajo, e involucra a otras comunidades como Witron, Anamal, La Junta, La Tranca y San José de la Capilla, en una topografía caracterizada por montañas, colinas, pie de monte, bajadas, valles, terrazas y altiplanicies.

El paisaje del jardín es singular, distinto, dominado por especies vegetales verticales, por columnas verdes que se bifurcan y ramifican apuntando al cielo en forma de candelabros, o en sugerentes figuras que parecen mostrar la ruta a las sorpresas, mientras que por el suelo, esferas espinosas dispersas alertan al visitante a no salirse del camino.

La vegetación es en general xérica, correspondiente al Bosque Semiárido y al Bosque Seco Interandino, ambientes secos que sugieren enormes dificultades para la vida. La vida, sin embargo, retoza abundante en estas tierras en las que ha aprendido a progresar sin agua y bajo el inclemente sol de todo el año, y en las que las aves, reptiles e insectos han encontrado su mejor hábitat.

Reverbera el sol, crepita el piso, el aire caliente parece arder y, sin embargo, del suelo agrietado se ven levantarse estas curiosas plantas -columnas vegetales verdes, esféricas bolas, caprichosas figuras, siempre verdes, dispersas por el terreno, lozanas, dignas, como si nunca les hubiese faltado agua-. Por las noches, el frío también contradice al día demostrando la gran adaptación de los habitantes vegetales del jardín a tan amplio rango de temperaturas.

Con una extensión relativamente pequeña, 22.491 hectáreas, y una localización que facilita su acceso, a unos 250 kilómetros de la capital, el jardín es un lugar apropiado para el estudio botánico y el ecoturismo basado en los cactus, aunque también se constituye como una excelente opción para la investigación y el disfrute de lo diferente, de la belleza de lo no exuberante, para la fotografía, para el estudio de la conducta de ciertas especies, para comprender el mundo de la escasez, de la evolución determinada por el contrasentido, la falta de abundancia.

La vegetación xérica da también su debido lugar a las tillandsias, a otro tipo de bromelias, a árboles de ambientes secos y, entre los cactus, a algunos endemismos. Pero los cactus como el caraparí, el cara coré, la achuma, el quisqualuro y la candelilla son los que dominan el paisaje y nos regalan de yapa la belleza de sus nombres castizos. Las cactáceas y el suelo desnudo y pedregoso se conjuntan con aves -entre ellas la paraba frente roja-, reptiles y pequeños mamíferos, y en ellos también se multiplican la belleza y las especies raras.

No obstante lo relativamente reducido de su jurisdicción, el jardín nos ofrece buenas instalaciones, miradores y un paradero que hacen la visita más fácil y placentera, y se erige como un modelo eco-turístico en franco desarrollo. Aparte de la infraestructura nueva, existen también vestigios y ruinas de construcciones antiguas así como restos de cerámica y piedra que el área contribuye a preservar.

El Jardín de las Cactáceas tiene mucho para ofrecer, pero por sobre todo la hospitalidad de la gente de los valles, sencilla, fiel a sus tradiciones, trabajadora y emprendedora. El jardín aglutina voluntades, ha convocado organismos públicos y privados y poco a poco va cosechando logros en su camino hacia la conservación.


Fuente. Libro: Patrimonio Natural de Santa Cruz. Año: 2015. Autor: Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz. Willy Kenning Moreno.


Foto: Áreas Protegidas Municipales · Jardín de las Cactáceas de Bolivia · Bosque xérico Boliviano-Tucumano de caraparí. Autor: Willy Kenning.

Foto: Áreas Protegidas Municipales · Jardín de las Cactáceas de Bolivia · Bosque xérico Boliviano-Tucumano. Autor: Willy Kenning.

Foto: Áreas Protegidas Municipales · Jardín de las Cactáceas de Bolivia · Opuntia sp., cactus arbustivo. Autor: Walter Ridder.

Foto: Áreas Protegidas Municipales · Jardín de las Cactáceas de Bolivia · Serranías Copa y Sombrero. Autor: Willy Kenning.

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