Felipe Leonor Ribera Leigue.
Poeta, escritor, maestro.
Nació en la ciudad de Santa Cruz en fecha 25 de mayo de 1846, hijo del doctor in utroque jure D. Ignacio María de Ribera y doña Ramona Leigue. Habiendo obtenido el grado de bachiller en su ciudad natal, pasó a la de Sucre para seguir los estudios de jurisprudencia en la famosa universidad de San Francisco Javier.
Hallábase cursando tales estudios cuando un grupo de jóvenes estudiantes como él determinó constituirse en centro de actividades sociales y políticas bajo el signo del republicanismo federal. Recurriendo para ello al sistema de las sociedades esotéricas y la regla del Logio, este centro funcionó en aquella capital, entre los años 1875 y 1877. No obstante el propósito común y la afinidad de pensamiento, este centro no tuvo relación ninguna con la revolución federalista de Andrés Ibáñez, operada a fines del año 76. Felipe Leonor Ribera fue su primer presidente y conductor virtual. Los demás componentes según se lee en el Libro de Actas, fueron Manuel Romualdo Aguilera, que fungía como vicepresidente; Malek Adel Martínez, como secretario, Rómulo Arano Peredo, como tesorero, y Delfín Llanos, Manuel Saucedo, Felipe Baldivieso, Rómulo Herrera, Jaime E. Román, Dionisio Peña, Ricardo Chávez Salvatierra, Feliciano Montaño, Nemesio Mercado, Blas Correón, Dionisio Guzmán, Gil Antonio Peña y Roberto Téllez.
Tras de haber obtenido el título de abogado y doctor en derecho en 1876, el joven Felipe Leonor regresó a la ciudad natal, a tiempo para ser testigo ocular de la aventura federalista de Andrés Ibáñez. Acerca de ello y su deceso escribió una minuciosa crónica en forma de diario, que permanece inédito hasta hoy. Al año siguiente fue designado secretario de la prefectura. En calidad de tal asumió en 1880 las funciones de secretario general de la universidad cruceña que acababa de crearse y cuya función rectoral debían ejercer por turno el obispo, el prefecto y el presidente municipal.
En 1890 fue elegido diputado, y en ejercicio de esa investidura concurrió a las legislaturas del 90 al 93, reunidas en La Paz y en Oruro, sucesivamente. En la del 91 se mostró enemigo declarado de cierto ajuste de paz que por entonces se pretendía acordar con el gobierno de Chile.
Extinguido su mandato popular dedicóse a la docencia, particularmente a la universitaria. Dictó sucesivamente las cátedras de Derecho Civil y Derecho Canónico, llegando a ser del segundo un verdadero especialista. Redactó de éste un opúsculo con el título de "Definiciones", publicado en 1898 por la imprenta de "La Ley".
Por los mismos años fundó y fue director de un instituto particular de enseñanza secundaria nombrado como "Colegio de Ciencias". Funcionó éste durante la última década del siglo XIX, con un selecto plantel de profesores como Julián Eladio Justiniano Chávez, Neptalí Sandoval y Pedro L. Cortés.
En 1914 contribuyó a la formación del primer directorio departamental del flamante Partido Republicano. Representando a éste fue elegido munícipe en 1915 y 1917. Al mismo tiempo ejercía el decanato de la Facultad Libre de Derecho.
Operado el cambio de gobierno y de dirección política, a consecuencia de la revolución republicana de 1920, el Dr. Felipe Leonor Ribera fue llamado a integrar la junta departamental de gobierno, junto a Pablo E. Roca e Ignacio Justiniano. Seguidamente pasó a hacerse cargo del rectorado de la universidad.
Poeta de pulidas estrofas y notable inspiración, publicó numerosas poesías en la prensa local. Dos composiciones suyas merecen particular mención y justo elogio: una original y cáustica invectiva a la manera de Marcial y del contemporáneo Almafuerte, intitulada "El Abate Polidori" y un entusiasta y fervoroso "Canto a la aviación", escrita con ocasión de la llegada del primer avión a Santa Cruz, en septiembre de 1925.
En 1929 fue coronado como Maestro de la Juventud Cruceña, junto con Monseñor Santistevan, Gustavo Parada y José Benjamín Burela.
Rodeado de honores y en un ambiente de respeto y veneración vivió el resto de sus días hasta la avanzada edad de 85 años. Falleció el 22 de junio de 1938.
Fuente. Libro: Cruceños Notables. Año: 1998. Autor: Hernando Sanabria Fernández. Librería Editorial Juventud.
